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Posted by : SooriBang 31/3/16


Título: I'm sick
Autor: SooriBang
Extensión: 1 Capítulo (Oneshot)
Grupo: Infinite
Pareja: YaDong / DongYa
Género: Comedia, romance, yaoi.
Advertencias: Lemon (y tal~)
En esta ocasión Dong Woo es el activo, por eso lo de "DongYa".
Nota: Este Oneshot es la continuación de I think I'm sick
Resumen: Después de lo acontecido en "I think I'm sick" parece que Dong Woo ha terminado contagiando a Hoya y este, después de excederse un poco con las prácticas en la agencia, termina inconsciente y en el hospital. 

Sumad: Dong Woo, Hoya enfermo, hospital de noche, reposo, pijamas que son fáciles de quitar y Dong Woo queriendo ejercer de médico para el menor que termina cediendo ante las ideas locas y eróticas de su novio. Si es que así no hay quien pueda reposar en condiciones, pero no será Hoya quien le lleve la contraria a los deseos del mayor.




Infinite - I'm sick.


- Dichosos los ojos, ¿qué? ¿Te dan vacaciones y te olvidas de que tienes madre? Seguro que has estado durmiendo hasta altas horas del mediodía o trayendo de cabeza a los niños.
- No es eso mamá, he estado algo enfermo estos días.
- Entonces sólo habrás traído de cabeza a Sung Kyu.
Dong Woo esboza una pequeña sonrisa.
- Algo así, pero ha sido Hoya quien me ha cuidado.
- Ese niño es un ángel, ¿por qué no lo has traído? ¡Os hubiera hecho la cena y podríais haberos quedado a dormir!
El castaño toma asiento en una de los taburetes que había en la cocina del restaurante de su madre y suelta un suspiro.
- Hoya no ha venido porque está enfermo.

La mujer, que había estado removiendo el interior de una cazuela enorme con mucho esmero, se detuvo en seco y miró a su hijo con los ojos entrecerrados. Dong Woo temió lo peor, sobre todo por ese cucharón que su madre tenía en la mano y que seguramente terminaría golpeándole la cabeza.
- ¿¡Me estás diciendo que has venido aquí dejando a Ho Won enfermo después de que él te cuidase el otro día!? ¡¿Acaso es así como te he educado yo?!
- Alto, alto, alto – la detiene Dong Woo cubriéndose la cabeza para protegerse del cucharón - ¡Ha sido él quien me ha obligado a venir! ¡Le dije que te ibas a enfadar cuando te enterarás pero me obligó, zapatilla en mano, a venir!
- ¡Pues haber insistido!
- ¡Lo hice, le puse mi carita de cachorrito abandonado y me aferré cual koala a él!
- Que paciencia tiene el pobre Ho Won contigo, da gracias de haber encontrado un amigo como él – suspiró la buena mujer volviendo a sus quehaceres con la cazuela.
- “Amigo... ya” - ríe internamente Dong Woo recordando al detalle la conversación que habían tenido horas antes en el apartamento.

<<Flashback>>

- Hyung no seas crío.
- No soy crío.
- Pues entonces no seas koala.
- ¡Jamás! ¡No me pidas milagros! - grita el mayor aferrado a la cintura del menor, este tumbado en el sofá y soltando un suspiro ante otro de los ataques infantiles que tenía su hyung.
- Para unas semanas libres que tenemos, y dejando de lado que has perdido días porque te has puesto enfermo, aprovecha y vete a ver a tu madre porque si se entera de que te has quedado sin ir a verla por uno de tus berrinches…
- ¡No es un berrinche! ¡Quiero quedarme aquí contigo y cuidarte ya que estás enfermo por mi culpa!
- … se enfadará conmigo – concluye Hoya acariciando el cabello de Dong Woo mientras este continuaba aferrado a su cintura y con el rostro enterrado en su pecho.
- Si se entera de que estás enfermo por mi culpa se enfadará conmigo me gritará y me pegará con el cucharón por ser mal hyung y una lapa.
- Eso no puedo negárselo... - bromea con una risita – admitamos que eres una lapa, hyung.
- La culpa es tuya por ser tan adorable, ¡no puedo despegarme de ti, ni quiero, porque te secuestrarán!
- Y dale, hyung... ¿de verdad crees que van a secuestrarme?
- Yo te secuestraría.
- Pero tú estás mal de la cabeza, hablo de gente normal.
- Ah... ¿pero que los secuestradores en general son gente normal?
- ¡Tú me entiendes, ish! - le da un suave golpe en la cabeza que hace reír al mayor.
- Una cosa está clara hoy...
Hoya le mira con curiosidad dado que el castaño había despegado la cabeza de su pecho y movido un poco para quedar cara a cara con él.
- ¿Y cuál es?
- Que mi madre se enfadará y me pegará con el cucharón.
El moreno estalla en carcajadas al ver el gesto de dolor que había hecho Dong Woo al imaginarse el golpe y no pudo evitar abrazar con fuerza a ese hyung tan adorable e infantil que tenía.
- Pero no tardaré en volver, ¿me oyes? ¡Pienso venir a cenar!
- ¿Quieres que pida algo de comid-…?
- ¡¡SUSHI!! - le corta antes de terminar la frase haciendo que Hoya sonriera dulcemente.
- Todo el que quieras.
- Pero prométeme que te quedarás en cama, descansarás y cualquier cosa me llamas, ¿entendido? vendré volando con el coche.
- No hagas el loco o terminarás teniendo un accidente.
- Si no me lo prometes no me iré – canturrea ignorando lo del accidente.
- No prometo nada, pero me quedaré en la cama siempre que me encuentre mal... ¡y ahora mueve el culo o saco la zapatilla!
- ¿Y cómo quieres que lo mueva? ¿Arriba? ¿Abajo? ¿En círculos?
- Hyung...
- ¿Qué? ¡Soy inocente, el que has pensado en perversiones has sido tú! - se defiende separándose y dando un saltito para ponerse en pie, moviendo graciosamente el trasero en dirección al menor antes de sacarle la lengua e ir a por sus cosas.
Hoya suspiró y negó con la cabeza, acomodándose ahora sobre el sofá. Es cierto que no se encontraba para nada bien, pero si se tomaba alguna medicina y descansaba estaba seguro que para mañana se habría curado.
O, al menos, eso pensaba...

<<Fin Flashback>>

Así que Dong Woo, amenazado por la zapatilla de la muerte, había decidido coger el coche e ir a visitar a su madre al restaurante. Sentado todo lo tranquilo que podía pero moviendo la pierna de puro nerviosismo se debatía entre ir a su mochila a por el móvil o seguir a la defensiva por si el cucharón volvía a intentar hacer de las suyas. Además de que su madre siempre le reprochaba que se pasaba mucho tiempo mirando ese trasto infernal en vez de hablar con ella.
- ¿Qué te pasa?
- Nada.
- Estás hiperactivo, más de lo normal.
- Es que le había dicho a Hoya que si se encontraba peor me llamase al móvil.
- ¡Pues cógelo y estate atento! - alza de nuevo el cucharón pero Dong Woo había saltado cual resorte y metido la cabeza en su mochila, empezando a sacar una gran barbaridad de cosas que no tenían ninguna similitud con un teléfono. Había una gran variedad de papeles, dos carteras, unas cuantas llaves, pañuelos, ropa, neceseres, ropa interior y hasta un peluche de un tigre que cierta similitud tenía con el rapero menor.
- ¡¡¿Dónde está?!! ¡¡He perdido mi móvil!! - grita Dong Woo terminando por darle la vuelta a la mochila y volcar todo su contenido en el suelo.
- Hijo... ¿lo de llevar la mochila tan llena, con pesitas incluidas... - comenta mirando unas pequeñas pesas de color verde que habían rodado hasta sus pies - ...es para ejercitar los brazos y la espalda o es que tienes el síndrome de Diógenes?
- Kyu hyung dice que es el síndrome del vago.
- Le doy mi bendición – se ríe la mujer antes de volver su atención a la comida que estaba preparando.

Varios minutos después cuando Dong Woo hubo hecho diversos montoncitos que se resumían en: montones de papeles, montones de ropa, montones de cosas que no sirven para nada y montones de cosas tecnológicas su móvil no estaba por ninguna parte.
- Mierda, me lo habré dejado en casa.
- Jovencito cuidado con esa boca, en mi casa nada de palabras mal sonantes.
- ¡¡Pero mamá, me he dejado el móvil en casa!! ¡¡¿Qué pasa si Hoya se pone peor, y si le sube la fiebre, y si cae al suelo y no puede moverse y se da un golpe en la cabeza y pierde el conocimiento o está en la ducha, se cae, se abre la cabeza y empieza a desangrarse?!! ¡¡Yo no me puedo quedar sin mi Hoaegi mamá!! - grita a la velocidad del sonido que, de no ser porque su madre lleva años de experiencia en ese ámbito, no se hubiera enterado de nada.
- No seas tan exagerado anda, ¿y qué demonios es eso de Hoaegi?
- Hoaegi es Hoya mamá.
- Hasta ahí llego.
- ¿¡Ahora no puedo llamarle cariñosamente!? ¿¡Primero no puedo ver si está bien y ahora tampoco puedo llamarle así!? - empieza a meter todas sus cosas de golpe en la mochila, la cual con cada montón nuevo que recibe parece que esté a punto de explotar.
- No te pongas histérico, que yo recuerde Ho Won tiene el número del restaurante y estoy segura de que sabe perfectamente lo cabeza de chorlito que puedes llegar a ser en ocasiones así que si no respondes al móvil llamará aquí – concluye su madre con rapidez - ¡y además no te vas a ir sin llevarte algo para comáis, así que quieto ahí jovencito!

Dong Woo, que ya estaba a punto de echarse la mochila al hombro y salir corriendo a por su coche, gruñó un par de maldiciones por lo bajito y volvió a su puesto en el taburete.
- Pero sólo hasta que la comida esté hecha.
- Bien, y ahora... - se vuelve hacia él con las manos en las caderas y una pequeña sonrisa en el rostro - … ¿hay algo que debas contarme?
Dong Woo palideció de repente y miró de reojo la salida más próxima por si tenía que hacer una escapada rápida.
Aquella iba a ser una laaaaarga hora.


∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞


Un gran suspiro se escapó de los labios de Dong Woo mientras aparcaba en el garaje del apartamento dónde él y los chicos vivían actualmente. Había pasado casi media hora esquivando el interrogatorio de su madre, esa mujer era peor que los detectives cuando se lo proponía y hasta había amenazado con no darles su ración de comida de no ser porque Dong Woo le prometió que cuando Hoya mejorase vendrían ambos y entonces podría proseguir con su interrogatorio.
- Seguro que a Hoya se le dan mejor los interrogatorios… - murmuró saliendo del ascensor en su piso y prácticamente corriendo en dirección a la puerta con unas ganas inmensas de abrazar al menor y asegurarse de que se encontraba mejor.

Pero, para su sorpresa, no había nadie en casa. Y mira que buscó por todas partes, hasta en la ducha por si sus suposiciones de que se había desmayado y golpeado la cabeza al final iban a ser ciertas.
Miró dentro del armario, debajo de la cama, en el balcón, bajo las sábanas y todos los cojines del lugar. Nada, ni rastro del chico.
- Como haya salido en su condición me va a oír – murmuró algo molesto y muy pero que muy preocupado.
Buscó por todas partes su móvil para llamar a ese cabezota que tenía por novio y lo encontró dentro del cajón de los cubiertos, en la cocina. No preguntemos cómo llegó allí.
Tenía dos llamadas y un mensaje de voz, pero lo más importante ahora era llamar al menor y asegurarse de que estaba bien.

Cabe decir que su preocupación se acentuó todavía más cuando, a la segunda llamada, el teléfono de Hoya seguía sonando pero no había respuesta en el otro lado. ¿Y si lo habían secuestrado mientras estaba convaleciente por la fiebre y sin poder defenderse? Pero la casa estaba intacta y no parecía que hubieran entrado a robar.
- ¡Las fans locas han entrado y se han llevado mi tesoro! – berreó llevándose las manos a la cabeza antes de volver a desbloquear el móvil para alertar al ejército y las fuerzas especiales cuando vio que las llamadas y el mensaje que tenía eran de su mánager.

Conforme escuchaba el mensaje iba palideciendo todavía más, tan asustado que solo llegó a entender las palabras “Hoya, desmayo, hospital”. Y su histeria hizo el resto.

Cogió la mochila, las llaves del coche y todavía con el teléfono fuertemente apretado entre sus dedos se dirigió de nuevo al garaje, arrancando el coche y saliendo del mismo en tiempo récord.
Otro récord que batió fue el de hacer un recorrido que en coche se tarda una media hora en menos de diez minutos.
Mejor no contemos los semáforos en rojo que se saltó ni los insultos que se llevó hacia su persona de parte de los peatones que casi se lleva por delante… porque él y los hospitales nunca se habían llevado bien y el mero hecho de imaginarse al chico metido en uno lo desesperaba.
Al menos frenó antes de llegar a la recepción del hospital.

∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞

Hoya abrió los ojos y lo primero que hizo fue llevarse las manos a la cabeza y soltar un pequeño quejido. Se sorprendió al notar allí unas vendas y ver que en su mano tenía una vía que conectaba con la bolsa de suero que se encontraba colgando a su derecha. Por no hablar del hecho de que su pierna derecha estuviera vendada y colocada en un arnés, en reposo, con lo cual no tocaba el colchón.

Fue entonces cuando se percató de que no estaba en la sala de ensayo a dónde había acudido mientras Dong Woo estaba pasando la tarde con su madre. Le había prometido al mayor que se quedaría en casa si se encontraba muy mal, pero ciertamente no se encontraba del todo mal y él solo en casa se subiría por las paredes así que al menos si estaba un rato por la agencia no se sentiría tan inútil.
Pero parece que sus cálculos no habían sido del todo acertados porque lo único que recordaba era calor, dolor de cabeza mientras bailaba un poquito frente al espejo y después oscuridad total, hasta ahora.
Volvió a fijarse en lo que había a su alrededor y soltó un suspiro al reconocer la habitación de un hospital.
- Estoy jodido… - murmuró sabiendo lo que pasaría cuando cierto novio histérico que tenía se enterase de que se encontraba allí.
Con suerte le daban el alta en cuanto vieran que se había despertado y podía volver al apartamento antes de que Dong Woo volviera de casa de sus padres. En realidad aún quedaban un par de horas para la cena así que quizás la suerte estaba de su lado.
Quizás.

Un grito que conocía a la perfección se escuchó por el pasillo y el moreno palideció considerablemente.
Oh dios, hyung lo iba a matar.
Se tapó con las sábanas hasta el cuello y cerró los ojos esperando que creyera que estaba durmiendo y por ello el enfado de Dong Woo fuera menor al que seguramente traía en aquellos momentos.
- ¡¡HOAEGI!! – gritó el nombrado abriendo la puerta de golpe y corriendo hasta la cama seguido de una enfermera – oh dios, está en coma… ¡¡me habíais dicho que no tenía nada y que seguramente estaría despierto!!
- Relájese por favor, no debería tardar en despertar y…
- ¿¡Pero qué le pasa!? Tiene el pie vendado y vendas en la frente, ¿¡se ha hecho daño en la cabeza!? ¿Le habéis hecho recuento de neuronas? ¡Contadle las neuronas por si acaso!
- Ruego que disculpe la histeria de este chico… yo me encargo de él – dijo una tercera voz por la puerta, el manager salvando a la pobre enfermera de la locura de Dong Woo.

Una vez la chica salió recordándoles que cualquier novedad no dudasen en avisarle el manager golpeó la cabeza a Dong Woo que soltó un quejido.
- ¿Puedo preguntar qué demonios ha sido esa entrada digna de una película de Hollywood?
- ¡Auch, hyung! ¿A qué te refieres?
- Me refiero a que has aparcado terriblemente mal a escasos metro de la puerta de urgencias, entrado cual loco y casi estampado contra el mostrador. Has gritado “¿dónde demonios está Hoaegi?” a la pobre recepcionista que lo único que quería era saber el nombre completo de Ho Won. No contento con eso cuando ha logrado averiguar de quien se trataba y te ha dicho la habitación has corrido como si la vida te fuera en ello y derrapado frente a la puerta con una pobre enfermera yendo detrás de ti por si te daba un ataque al corazón.
- ¡Es que Hoaegi está en coma!
- ¡No está en coma, idiota! Está dormido y con los gritos que pegas lo que me extraña es que no esté despierto a estas alturas -  el manager suelta un suspiro y revuelve el pelo del castaño que miraba en dirección a la cama con un pucherito – está bien, solo ha sido un pequeño desmayo por algo de fiebre, se recuperará.
Dicho esto volvió a salir de la habitación dejando a ambos chicos solos, el mayor de ellos acercando el sillón hasta el borde de la cama y sentándose allí, sujetando con fuerza la mano del menor.
- Idiota, ¿sabes el miedo que he pasado cuando he llegado a casa y no había nadie? ¿Cuándo te he llamado al móvil y no contestabas y después resulta que el manager me ha dejado un mensaje diciéndome que estabas en el hospital? – suelta un pequeño sollozo, todos los nervios saliendo a la luz ahora que se encontraba allí, con Hoya a su lado, y había comprobado con sus ojos que se encontraba bien.

Hoya estuvo tentado de abrir un ojito para ver al mayor y de disculparse pero temía que este se pusiera de nuevo a berrear y gritar como un histérico así que se quedó unos minutos callado, los mismos en los que Dong Woo continuaba con sus balbuceos incomprensibles por lo bajo mientras apretaba su mano con fuerza.
Se hubiera quejado que le apretaba demasiado pero claro, se suponía que estaba “en coma”. Solo cuando se aseguró que el agarre del chico había disminuido fue cuando pronunció una palabra por lo bajito.
- Perdón.

Dong Woo levantó la cabeza que había terminado casi apoyada sobre el colchón de la cama y le miró como si hubiera escuchado hablar a un fantasma o a un muerto que de repente resucitaba.
- ¿Estás despierto? ¿Has dicho algo? – se acerca hasta prácticamente pegar su rostro al de Hoya, mirándole muy de cerca para ver si hacía cualquier gesto que delatase que estaba despierto.
- Perdón – volvió a repetir, apenas moviendo los labios y haciendo que Dong Woo sonriera ampliamente al escucharle.
- Si no abres los ojos y me miras es como que me falta algo para llegar a entenderte.
Esta vez pudo escuchar perfectamente un pequeño gruñidito salir de su garganta que le hizo soltar una pequeña risita.
- Si no los abres voy a besarte hasta que no te quede más remedio que mirarme - amenaza al mismo tiempo que le daba un beso en la mejilla.
Nada.
Ni un mísero movimiento por parte del menor.
Esta vez el pequeño gruñido salió de la garganta del mayor que dejó un beso sobre la nariz y mejillas sin despegar los labios de la piel de Hoya, recorriendo todo su rostro con ellos pero sin querer llegar a los labios. Hasta que llegó al oído.

Un pequeño sonido y movimiento apenas perceptible se le escaparon al menor cuando notó que Dong Woo besaba su oído. La sonrisa victoriosa aflorando en los labios del castaño que al final terminó su recorrido en los labios de su novio que movió los brazos para apretar los del mayor.
Recorrió suavemente los labios de Hoya con los suyos, apenas dejándole tiempo para retomar el aliento entre beso y beso, juntándolos con dulzura y fuerza al mismo tiempo, queriendo comérselo a besos.
Fue Hoya el que, moviendo la cabeza, rompió el beso abriendo los ojos y ligeramente sonrojado por la falta de aire.
- Yah, ¿planeas ahogarme o algo así?
Dong Woo le miró con una amplia sonrisa, lamiéndose el labio inferior y también con las mejillas rojas por el reciente beso.
- Hola Hoaegi, que bonitos ojos tienes – canturrea victorioso al ver como el menor se acababa de dar cuenta que había abierto los ojos y por ende haciendo que el castaño ganase aquella pequeña competición.
- Tramposo.
- Idiota adorable y terco que no sabe tener el trasero en un sitio aun cuando me había prometido que no haría esfuerzos.
- Hyung babo que me deja solo en casa sin saber qué hacer con lo cual termino sintiéndome inútil y optar por hacer algo de provecho.
- ¡¡Haber dicho que me quedase, iba a quedarme, quería quedarme pero la zapatilla del mal me amenazó!!
- Eres un cabezota solo para lo que quieres - concluyó el menor entrecerrando los ojos.
- Si pues a este cabezota le han dado dos veces con el cucharón… teníamos razón, mi madre se iba a enfadar conmigo por no haberme quedado contigo aunque visto el panorama actual definitivamente tendría que haberme quedado, ¿¡ves como tendría que haberme quedado vigilándote!? – se repite de nuevo a punto de que le diera otro ataque de histeria.
Hoya puso una de sus manos en la boca del mayor haciendo que se callase mientras se señalaba la venda de la frente con la mano libre.
- Esto significa golpe en la cabeza hyung, no hagas que me duela más.
- Perdón, perdón – se disculpa como puede todavía con la mano del menor en su boca, optando por darle un beso en la misma ya que la tiene ahí mientras en su rostro aún se reflejaba toda la preocupación que había llevado desde que descubrió que Hoya no estaba en casa.
El menor suspiró, apartando la mano y moviéndose un poco para dejarle hueco.
- Anda ven aquí, no me pongas esa cara que no se ha muerto nadie y yo estoy bien.
- ¿Seguro que estás bien? – pregunta mordisqueándose los labios de puro nerviosismo, subiendo a la cama y acostándose a su lado, acariciándole el rostro con los dedos.
- Si los médicos dicen que estoy bien es que lo estoy hyung.
- No me fio de los médicos, sabes que no me gustan…
- No decías lo mismo hace unos días cuando estabas enfermito en la cama y me puse esa bata de médico para ti.
Dong Woo se sonrojó ligeramente al acordarse e infló los mofletes, dándole un suave golpe en el brazo.
- Pero eso es porque eres tú y conoces mis puntos débiles, bichito, ¿qué pasaría si te quito la ropa y empiezo a morderte la nuca?
- Yah, ni se te ocurra que estamos en el hospital… - entrecierra los ojos mirando fijamente a su hyung, sabiendo que estaba planeando algo por como sus ojos brillaban y una pequeñita sonrisa había aparecido en sus labios.
- Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas – dice alzando la mano derecha como jurándolo.
- Se supone que tendrías que jurar que tus intenciones son buenas, hyung.
- Cierto, me has pillado – Dong Woo se ríe divertido rodeando la cintura del menor con el brazo y apoyando la cabeza en su hombro - ¿Seguro que estás bien? ¿Te traigo algo?
- No hace falta hyung, ya tengo todo lo que quiero aquí mismo… - murmura acomodando la cabeza en la almohada y estrechándole más contra él, cerrando los ojos.
Dong Woo alza un poco la cabeza para poder mirarle a la cara, totalmente conmovido por lo que acababa de escuchar.
- Dios, ¿cómo puedes tan malditamente adorable?
- He tenido un profesor maravilloso.
- ¡Oye!
- Es un cumplido, hyung.
- Ah, pues es verdad… - estalla en carcajadas y comienza a besarle distraídamente por todo el cuello.

Empezó con algo que podría denominarse como inocente y distraído, porque sabía que el mayor no podía estar sin tocarle o besarle demasiado tiempo. Se lo había dicho mil veces y sufrido en sus carnes otras mil. No se quejaba en absoluto es más, le gustaba sentir que el mayor dependía de él hasta ese extremo de no poder estar sin cogerse aunque fuera de las manos pero…
- Hyung, ¿tengo que recordarte que estamos en un hospital y que te estás acercando a zonas que bien sabes que son sensibles?
- No lo sabía… - canturrea dando un pequeño mordisquito a la oreja del menor.
- Lo sabes perfectamente y sigo enfermo.
- ¡Entonces deja que te cuide, voy a ser tu médico! – exclama el mayor incorporándose hasta quedar prácticamente sobre Hoya que lo miró alzando una ceja.
- Estás hiperactivo, peligro inminente.
Esto hizo que Dong Woo estallase en carcajadas pero no se bajase, no cuando su novio le estaba sonriendo de aquella manera.
- Admite que te gusta que sea hiperactivo, dentro de los límites establecidos por la votación realizada en primavera del 2014.
Hoya alza de nuevo la ceja, acariciando distraídamente la cintura de su hyung mientras intentaba recordar aquella supuesta votación.
- ¿Cuándo hemos tenido esa votación?
- Ya te lo he dicho, en la votación de primavera del 2014.
- Ya, ya, pero no la recuerdo.
- Tienes memoria de pez, tesoro.
- O será cosa de la memoria prodigiosa de los dinosaurios…
- Touché.

<< Flashback - Votación de Primavera de 2014. >>

- Se abre la sesión, preside la vista el viejo pero honorable y gruñón juez-…
- ¡¡NO SOY VIEJO NI GRUÑÓN!! – grita Sung Kyu de repente encarándose al maknae.
- Eres el más mayor con lo cual eres el viejo… - comenta Sung Yeol que se encontraba tirado en el sofá todo lo largo que era.
- … por no hablar de que esta sesión ha sido idea tuya porque, según tú, la hiperactividad de Dong Woo hyung está alcanzando límites desorbitados, por ende, gruñón – concluye Hoya con una pequeña sonrisa al ver como el líder se ponía rojo por momentos, a punto de empezar a gritar, amenazarles y maldecir a todo bicho viviente.
Pero cogió aire y se relajó, sabía que esa sesión iba a ser agotadora y no podía rendirse a la primera de cambio.
- Bien, entonces todos sabéis porqué estamos aquí, ¿verdad?
Los cinco restantes asintieron.
- El acusado ahora mismo no se encuentra presente ya que está visitando a su madre por lo tanto tenemos un rato para ver qué demonios hacemos con él.
- ¿Qué quieres hacer con él si puede saberse? – pregunta el rapero presente frunciendo levemente el ceño.
- Uy, esto promete – canturrea Sung Yeol de lo más divertido.
- ¡Pues algo habrá que hacer porque nos lleva a todos locos, sobre todo a mí, ¿sabéis que ayer estuvo rodando por el pasillo durante un buen rato, se levantó, se puso a bailar, cocinó, se tumbó un minuto en el sofá y empezó a gritar que estaba aburrido y quería irse a ver mundo?
- No, nosotros vivimos abajo así que no nos enteramos ni de la mitad – sonríe ampliamente Woo Hyun – aunque admitimos que muchas veces se escuchan ruidos perturbadores en el piso de arriba.
- Es Dong Woo – dijo Sung Kyu como respuesta.
- Es Sung Kyu hyung – fue la respuesta de Hoya.
Ambos se miraron al mismo tiempo y los allí presentes juraron ver rayos láser saliendo de sus ojos y si las miradas matasen alguno de ellos estaría cercano a la muerte en aquellos momentos.
- ¿Me estás diciendo que soy precisamente yo el que hace esos ruidos?
- Desde luego, ¿tengo que recordarte quien es el que siempre se queja de que el sofá no está en el lugar correcto y tiene que moverlo todo de sitio? –le atacó Hoya.
- ¡Pero eso es porque lo movéis con vuestros juegos raros!
- Ya quedamos hace tiempo que era cosa de los terremotos selectivos.
El resto ahogaron unas risas ante aquello y la cara de trauma que se le quedó a Sung Kyu en aquellos momentos fue de lo más épico.
- No, a callar, no sigas por ahí… ¡no hablamos de esa hiperactividad! ¡Tenemos que marcarle unos límites!
- ¿Cómo por ejemplo nada de bailar pasada la media noche? – aportó Sung Jong recibiendo un asentimiento por parte del líder.
- Por ejemplo, los baños nocturnos quedan prohibidos porque el baño queda justo al lado de mi habitación.
- ¿Y qué tendrá que ver la hiperactividad con baños nocturnos?
- Shhhh, Hoya tendría que haberse quedado al margen, ¡no es imparcial! – exclama Sung Yeol señalándole acusadoramente con el dedo.
- Si él no está para defenderse alguien tendrá que hacerlo.
- ¿Quién no está para defenderse? -  preguntó una voz que hizo a algunos palidecer y a otros sonreír.
Ahora ya estaban los siete presentes y aquello iba a ponerse interesante.
- ¿¡Tú no estabas en casa de tu madre!? – exclama el líder palideciendo por momentos.
Adiós a su plan.
- Estaba, tú lo has dicho hyung, es pasado y en realidad he tenido que volver antes, ¡pero he traído algo para comer!
- ¡Comida de la madre de Dong Woo! ¡Hoy me libro de cocinar! – exclama Woo Hyun levantándose con una amplia sonrisa y cogiendo la bolsa que el castaño les estaba enseñando en aquellos momentos.
- ¿Y por qué has vuelto antes? – pregunta Myung Soo más ocupado revisando su Instagram que haciendo caso de las locuras del líder.
- Mi sexto sentido de dinosaurio me ha avisado que Sung Kyu hyung iba a hacer algo en mi contra así que he venido volando a casa – se gira para enseñarles la chaqueta con alitas que llevaba en aquellos momentos – metafóricamente hablando claro, todavía no llevo bien lo de mantenerme en el aire.
Sung Kyu entrecerró los ojos y miró a todos los presentes.
- ¿Y bien? ¿Quién le ha dado el chivatazo?
Los presentes le miraron a él como si estuviera loco.
- Nosotros no le hemos avisado hyung.
- ¿Puedo decir algo? – pregunta Hoya alzando la manita como si estuviera en clase.
- ¡AJÁ! ¡TE HAS DESCUBIERTO TÚ SOLITO! ¡AL CALABOZO!
- No pienso meterme en el armario al que tú llamas “calabozo”, ¡y no he descubierto nada!
- Todos sabemos que Dong Woo hyung es un genio cuando quiere… - aportó Sung Yeol mirando al mencionado que estaba en la cocina con Woo Hyun, ambos guardando la comida que había traído el mayor.
- Ya, ¿y desde cuándo sabe leer la mente? – gruñe el líder nada conforme con la situación.
- Eso lo ha hecho siempre –se apresura a contestar Hoya.
- Me refiero al resto, que te la lea a ti – fulmina a este con la mirada – es un asunto aparte.

Un pequeño silencio se instaló en el comedor, duró unos minutos pero fueron suficientes para que Dong Woo y Woo Hyun salieran de la cocina y se incorporaran al resto.
- ¿Y bien? ¿De qué tengo que defenderme y por qué este silencio? ¿Estáis invocando a los espíritus otra vez?
- Eso solo lo hacemos en Halloween y para asustarte Dong Woo hyung -  ríe el maknae divertido al acordarse del último Halloween y el espectáculo que se montó en la agencia.
- ¡En realidad todo es culpa tuya! – exclama Sung Kyu levantándose de repente y señalando al culpable con el dedo que se había sentado al lado de Hoya con una bolsa de aperitivos en la mano, compartiéndola con el resto.
Dong Woo miró a Sung Kyu con la boca abierta y frunció el ceño.
- ¿Qué se supone que he hecho ahora?
- Sung Kyu hyung se queja de que eres demasiado hiperactivo y quiere poner una serie de “normas” – le informa Hoya metiendo la mano en la bolsa.
- Por ejemplo, nada de rodar por el pasillo pasada la medianoche, nada de baños nocturnos, meterse mano queda terminantemente prohibido…
Hoya le interrumpe de repente, frunciendo el ceño.
- No hacemos eso.
- ¡Siempre os pillo en situaciones raras!
- ¡Pues no entres a la habitación o al baño sin llamar antes a la puerta!
- Eso no quita el hecho de que se le oiga saltar a kilómetros de distancia.
- ¿Y qué quieres que haga, lo ato a la cama?
- Hoya, eso se podría debatir… - susurra Dong Woo con una pequeña sonrisa que el menor le devolvió seguido de un golpecito en la frente para que se calle y no empeore las cosas.
- Shhhhh, silencio, no quiero imágenes mentales lo que quiero es dormir tranquilamente por las noches sin tener que jugarme a piedra, papel o tijeras que si salgo al pasillo no seré arrollado por una bola humana que se aburre y quiere rodar.
- Pero eso tiene la solución más sencilla del universo hyung – comenta Dong Woo con una amplia e inocente sonrisa – págame un viaje para dos y todo solucionado.
- O múdate al piso de abajo – aporta Hoya con otra sonrisa haciendo que los cuatro implicados en “el piso de abajo” se negaran rotundamente puesto que ellos estaban muy bien sin el líder que hacía poco y pedía mucho.
- Perdisteis el juego que decidía el destino de Sung Kyu hyung – les recordó Woo Hyun mientras los otros tres asentían varias veces.
- ¿Qué juego es ese? ¡Yo no sabía nada! ¿¡Se puede sabéis que hacéis con mi destino!? – grita Sung Kyu olvidando totalmente que los había reunido para hablar de la hiperactividad de Dong Woo.
- ¡NADA! – gritaron todos menos Hoya y Dong Woo que comía tranquilamente de su bolsita y pensaba con diversión que ya se habían olvidado ese líder sobre el asunto de su hiperactividad.

Hoya sonríe y se inclina para susurrarle al oído, sabiendo perfectamente que todo aquello había sido a posta.
- Buen trabajo desviando la atención del líder, genio loco y adorable.
Dong Woo le sonríe de vuelta y viendo de reojo que el resto estaban demasiado ocupados gritándose unos a otros aprovechó para darle un rápido beso al menor en los labios y seguir comiendo y disfrutando del espectáculo gratis.

<< Fin Flashback - Votación de Primavera de 2014. >>

- ¿En serio no te acuerdas de esa votación? – pregunta Dong Woo acostándose de lado para apoyar la cabeza en la mano y poder verle mejor el rostro.
- La recuerdo perfectamente, de lo que no me acordaba era de lo que se impuso porque creo que al final no se impuso nada…
- Te equivocas~ - canturrea el mayor con una sonrisa acariciando con un dedo el pecho de Hoya distraídamente.
- ¿De verdad? ¿Y has cumplido algo de lo que el líder pidió?
- Es posible…
Hoya alza una ceja al ver tan misterioso y juguetón a su hyung y decide ponerse a jugar.
Conocía de sobra al mayor y sabía manejarlo a la perfección.
- Ronda relámpago hyung, ¿dónde nos conocimos?
- En la audición para JYP, tú pasaste pero yo no aunque al final lo dejaste y volvimos a encontrarnos en las de Woollim… admítelo, ¿me estabas acosando? – sonríe la mar de divertido con aquello.
- Correcto y nop, ¿mi primer cumplido?
- Que mi sonrisa era bonita, aunque en el fondo sé que me mirabas el trasero.
- ¿Y la primera vez que te dije que te quería? – ignora ese último comentario.
Dong Woo sonrió porque sabía que esa una pregunta trampa para intentar pillarle con la guardia baja… pero no iba a funcionar.
- Infinite Days y antes de que repliques sí, fue la primera vez que me dijiste que me querías aunque tus sentimientos no estuvieran del todo claros.
Hoya sonríe al escucharle contestar así porque sabía que tenía razón, pero lo que le importaba ahora averiguar era…
- ¿A qué hora te duchaste anoche?
- A las tres de la mañana.
- ¿Y hoy has rodado?
- Varias veces, ¿a qué vienen esas dos preguntas tan ra-…? – Se detiene antes de terminar la frase y entrecierra los ojos, mirándole - eres un bicho, ¿sabes que eres un bicho?
- Algo he oído, sí, ¿pero ves como no le has hecho ni una pizca de caso a la dichosa votación esa de primavera?
- Admite que te gusta ver tirarse de los pelos a Kyu hyung.
- Y tú admite que eres hiperactivo y que no existen los límites establecidos en la dichosa votación.
Dong Woo se inclina para rozarle los labios antes de contestar.
- Lo admito, ¿me querrías si no fuera conforme soy?
- Te querría aunque fueras el último dinosaurio de la tierra porque ni todos los meteoritos ni líderes locos te harían desaparecer ni cambiar por el mero hecho de que no podrían vencerte.
- Llámame loco…
- Hyung, eso suelo hacerlo.
- … pero juraría que eso era un cumplido o una confesión.
- Un poquito de ambos – sonríe de vuelta rodeando la cintura del mayor con un brazo – y ahora, ¿vas a besarme o esperar a que la enfermera venga con mi cena y nos pille en medio de la sesión de achuchones?
- ¿Ahora te pone el exhibicionismo? Y después soy yo el que va desnudo por casa…
- Es que vas desnudo por casa.
- Al menos yo no me voy arrancando las camisetas… - hace un mohín y frunce el ceño.
- Nop, pero sí que te gusta arrancármelas. El otro día encontré un botón.
- ¿De la blanca o la negra?
- La blanca.
- Eso me recuerda… ¿llevas uno de esos pijamas tan fáciles de quitar que te dan en los hospitales?
Hoya le da un golpecito en la frente y Dong Woo ríe y aprovecha para robarle un beso al mismo tiempo que tocan a la puerta y rápidamente rueda y cae sobre el sillón como si nada hubiera pasado.

La enfermera entra con un carrito donde reposa una bandeja con algo de comida y el mánager entra tras ella hablando por el móvil, seguramente con cierto líder de grupo por cómo estaba soltando suspiros y frunciendo el ceño.
- Tengo a Dong Woo bajo control, no te preocupes, ahora haré que se vaya a cenar y sinceramente dudo que te haga caso Sung Kyu… bueno, tú mismo.
Se acerca hasta el castaño que lo mira interrogante antes de levantarse y coger el móvil acercándose hasta la ventana.
- ¡Kyuzizi! Hoaegi está bien, sano cual teletubbie morado aunque ahora esté vestido de gris y tenga la pierna en alto sin poder moverse… ¿quién yo? No, no he hecho nada… sí, me estoy comportando… ¿¡por qué demonios me interrogas a mí cuando es Hoya quien está en el hospital!?
- Porque aunque yo esté en el hospital tú das más problemas, hyung – ríe Hoya abriendo la bandeja y deleitándose con la cena que le estaban sirviendo.
- ¡Eso es mentira!
- Eso es verdad – suspira el mánager tomando asiento dónde antes había estado el rapero mayor.
- Espera, ¿cómo que ir a dormir a casa? No pienso moverme de aquí hasta que no le den el alta a Hoya – sentencia completamente serio antes de que su rostro se tornase algo pálido preocupando a Hoya que, aunque estuviera cenando, no le quitaba la vista de encima al mayor - ¿De qué peluche estamos hablando? ¡Deja mis cosas, no entres a mi habitación!
- Dudo que de todas formas encuentre algo en esa leonera – susurra Hoya negando divertido antes de que la carcajada histérica de Dong Woo le sorprendiera.
- ¡¡NO PUEDES HACERME CHANTAJE PORQUE ME HE TRAÍDO AL HOTIGRE EN LA MOCHILA!! ¡UN PUNTO PARA EL DINOGENIO LOCO Y CERO PUNTOS PARA EL HAMSTERLÍDER ENDEMONIAAAAADO~! – canturrea dando saltitos por toda la habitación en dirección a la mochila sacando el peluche de un tigre en cuestión que antes ya había sacado cuando estaba con su madre.
Se hace una selca sacando la lengua antes de enviar la foto y continuar con la conversación que parecía no tener fin por cómo Dong Woo se reía y Sung Kyu parecía gritar maldiciones en diferentes idiomas.

Diez minutos después Dong Woo colgó con una amplia sonrisa y le devolvió el móvil al manager.
- No me lo digas, te quedas esta noche aquí.
- ¡Le he ganado a Kyu hyung!
- Lo tomaré como un sí – el manager niega divertido, la verdad es que los chicos muy normales no es que fueran, unos más que otros desde luego, pero tenía que admitir que con ellos no se aburría – entonces ve y cena algo mientras yo me quedo cuidando a Ho Won.
- De acuerdooooo, ¿Hoaegi te traigo algo?
- Galletitas saladas a poder ser – le sonríe al mismo tiempo que el mayor asentía y, cogiendo la mochila, echaba a correr por el pasillo todavía riéndose.

El mánager suelta un suspiro, iba a decirle a Dong Woo que no estaba permitido correr por los pasillos pero ese niño sólo escuchaba lo que quería, o mejor dicho, sólo escuchaba a quien quería.
- Uno, dos, tres… - comienza a contar Hoya ante la extraña mirada del mánager y cuando llevaba contados siete segundos la puerta se abre de nuevo de golpe y entra Dong Woo corriendo y dejando el peluche del tigre junto al menor.
- Toma, así no echarás de menos a tu hyung favorito mientras no estoy.
- Hyung, se supone que este peluche me representa a mí, ¿cómo voy a echarte de menos así?
- No lo sé, es mágico porque cuando yo te echo de menos lo abrazo y se me pasa un poco – contesta con toda su lógica antes de volver a correr hacia el pasillo pero, ni cuatro segundos han pasado cuando vuelve a abrir la puerta de un portazo y está a punto de preguntarle algo a Hoya pero este se adelanta.
- Sí hyung, tráeme eso también – contesta Hoya y Dong Woo asiente cerrándola de nuevo, esta vez sin volver.

- Confiesa, ¿cómo puedes con él? – pregunta el manager masajeándose las sienes.
- Agotándole tanto física como mentalmente, para lo físico tenemos el baile, para lo mental es lo que se dice “ronda relámpago + peleas verbales sin maldad alguna”.
- No entiendo ni una palabra de lo que dices pero debe funcionar, ese niño sólo está más tranquilo cuando estás a su lado.
- A veces me llama “chute de tila” así que… - se encoge de hombros antes de seguir comiéndose el pollo con una idea vagando por su mente ahora que todo estaba en silencio y riéndose internamente por lo de “agotarle físicamente con el baile”. Vale, sí, eso también lo hacía pero…

Hospital. Cama. Noche. Enfermos. Dong Woo.
No era una buena combinación en lo que se refería a “descanso y reposo” pero,  por cómo el menor estaba sonriendo casi sin percatarse en aquellos momentos, no parecía disgustarle la idea.

∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞

Dong Woo tardó unos quince minutos en volver. Al parecer había engullido la comida porque todavía estaba masticando cuando abrió la puerta con una bolsa de plástico en una mano y la mochila en la otra. Hoya no había ni terminado de cenar, todavía comiéndose el postre niega divertido con la cabeza al ver al mayor entrar.
- ¡¡Terminé!! ¿Te he ganado? Hoya eres un lento…
- Ani hyung, es que tú engulles la comida.
- Ventajas de tener una boca taaaan grande, ¿verdad? – pregunta con una sonrisa que por poco hace que el menor se atragante con el postre al escucharle.
- Yah, que estoy cenando, no pongas ese tipo de ideas en mi cabeza.
- No he dicho nada malo… ¿por cierto? ¿y hyung? – pregunta al ver que el manager no se encontraba allí.
- Hablando por teléfono, es decir, ¿que me sueltas esas cosas que se pueden malinterpretar perfectamente y te das cuenta después de que hyung no está? ¿te da igual que nos escuchen?
- Hoaegi me da igual que sepan que tengo al novio más maravilloso del mundo, si pudiera pondría una pancarta gigante en la agencia, de color verde y moradito, con muuuuuchas alitas y que dijera “Lee Ho Won es mío, ¡alejaos de él lagartas! Firmado: Dong Woo” y sería asiiiiiiii… – abre los brazos todo lo que puede para que se haga una idea de lo grande que podría ser la pancarta en cuestión.

Hoya niega con la cabeza, su novio era un cabeza loca pero por cosas así era que lo adoraba tanto.
- ¿Alguna vez te he dicho que eres precioso y adorable?
El mayor parece meditarlo unos segundos, los mismos que le toma llegar hasta el moreno dando unos pequeños saltitos y sentándose a su lado en la cama.
- Alguna vez, no lo recuerdo del todo así que vas a tener que repetírmelo a menudo – contesta fingiendo inocencia mientras abre la boca como indicándole que le dé una cucharada de su postre.
El menor suspira pero sin borrar la dulce sonrisa al ver al mayor comportarse como un niño pequeño. A veces se preguntaba quién de los dos era el adulto en aquella relación.
- Anda toma, pequeño y adorable dinosaurio… - coge algo del postre y mete la cuchara en la boca del mayor al mismo tiempo que el manager entra guardándose el móvil y poniéndose la chaqueta, mirándoles con el entrecejo fruncido.
- ¿Qué hacéis?
- Robarle a Hoya la cena, ¿no se nota? – contesta Dong Woo con la boca llena.
- ¿También le robas la cama?
- Tiene esa manía desde que debutamos como subunidad.
- Es lo que tiene compartir habitación, hyung – se defiende el castaño dirigiéndose al manager con una sonrisa tan brillante que podría iluminar la habitación.
- Me tengo que ir ya, vosotros dos comportaos y que no os pillen bailando o lo que sea que hagáis en vuestro tiempo libre. No quiero saberlo. Vendré mañana temprano para ver si le dan a Ho Won el alta y podemos volver a casa, ¿entendido?
- Sí sí, que vendrás, yo estaré durmiendo, me intentarás despertar, te frustrarás, te irás a desayunar porque es imposible despertarme a esa hora y desearás no haber madrugar en vano – le hace un ok con los dedos - todo entendido hyung, ¡que te diviertas!
Hoya está a punto de echarse a reír pero se contiene al ver la boca ligeramente abierta del manager que, después de pensarlo, asiente.
- Entonces vendré después de desayunar, ¡cualquier cosa llamadme!
- ¡Sí, mi coronel! – Dong Woo le hace el saludo militar antes de despedirse de él moviendo la manita justo cuando la puerta se cerraba.
- Eres un genio, ¿lo sabías?
- ¿Por el hecho de que nos he conseguido unas horas más de estar solos en la habitación? – rodea su cuello con los brazos y se inclina para susurrar sobre sus labios – lo sé, tengo una mente perversa y malvada.
- No hace falta que lo digas.
- Se supone que tendrías que haberme dicho que soy inocente.
- Es que no eres inocente hyung y menos cuando te estás frotando contra mi cuerpo de esta manera – susurra Hoya intentando alejar su mente de los pensamientos que se estaba comenzando a formar en ella.
- Sólo me acomodo para que podamos dormir cómodamente – se defiende el mayor pero de repente salta de la cama como un resorte, cogiendo la bandeja ahora vacía de comida y saliendo al pasillo para dejarla allí.
Hoya parpadeó ligeramente asombrado por las acciones de su novio pero después de tantos años había aprendido que lo más inesperado sería lo más esperado que haría Dong Woo.
Este volvió al poco y apagó algunas de las luces de la habitación, dejando encendida la que correspondía al cabezal de la cama.
- Listo, he ido a dejar la bandeja al carrito para que no entren de repente… - informa volviendo a subirse sobre la cama y acomodándose contra el menor como estaba antes - …y ahora podemos dormir.
- ¿Me lo estás diciendo en serio? ¿Vamos a dormir?
- Claro que vamos a dormir, estás malito, con la pierna en alto y estamos en un hospital… ¡a dormir, bicho!

Hoya alza la ceja, no demasiado convencido con sus palabras. Si conocía a Dong Woo como creía conocerlo era imposible que no aprovechase aquellas circunstancias pero estaba tan calmado, con la cabeza apoyada en su hombro, la nariz hundida en su cuello y prácticamente usándolo de colchón que cualquiera que lo viera pensaría que era un angelito caído del cielo y que ninguna maldad podía ser pensada por él.
El menor suspiró y se acomodó también para dormir un poco tal y como le había indicado su hyung. Con ayuda de los antibióticos y el resto de medicinas decir que se quedó dormir en cinco minutos era quedarse corto.

Las respiraciones pausadas de ambos llenaron la habitación y nadie podría decir que aquella paz sería interrumpida por cierto rapero castaño durante las horas siguientes.

∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞
Unas manos grandes pero suaves. Pequeños besos a lo largo del vientre. Un cálido aliento sobre su piel. Una risita bajita pero perfectamente audible por el gemido involuntario que salió de los labios de Hoya ante aquellas atenciones.
El sueño todavía parecía reticente a dejarle marchar, seguramente por culpa de los medicamentos contra el dolor que le habían hecho tomarse antes, pero alguien estaba asegurándose de devolverle a la realidad.
Y se podía imaginar perfectamente quién podía ser.

Una de esas manos grandes había decidido aventurarse más allá de su pantalón del pijama y dedicarse a acariciar su miembro todavía dormido, al igual que parte de él. Aunque no por demasiado tiempo si aquello continuaba así.
Hoya entreabrió los ojos y un pequeño suspiro escapó de sus labios mirando hacia abajo esperando encontrar a su hyung allí, pero lo único que encontró fue la sábana de la cama y un bulto debajo de ellas.
- ¿Hyung…? – preguntó al mismo tiempo que la alzaba y se encontraba con la cabeza de Dong Woo repartiendo besos y algún que otro pequeño mordisquito en su vientre, peligrosamente cerca de su entrepierna. Ahora que se fijaba su suéter estaba subido hasta más allá de la mitad del pecho, dándole una idea de por dónde había empezado aquella sesión de mimos.
- ¿Mmmm? – contestó sin separar los labios de su piel.
- ¿Qué ha sido de… – se muerde el labio ante un apretón especialmente agradable que le acababan de dar los dedos del mayor - …lo de que estábamos en un hospital?
- Es un hospital de noche, no es lo mismo.
- Un hospital es un hospital.
- De noche hay menos gente, véase, menos riesgo de ser pillados.
- Pero sigue siendo un… oh joder – se corta a mitad de frase cuando los labios de Dong Woo, cansados de recorrer su vientre, habían ido más allá. Concretamente hasta su miembro el cual se encontraba deliciosamente envuelto con aquellos labios que estaban hechos para el pecado.

La boca de Dong Woo era un pecado en todos los sentidos y además es que al maldito se le daba demasiado bien usarla para sacarle gemidos y suspiros.
Y lo peor es que Dong Woo lo sabía. Sabía perfectamente lo que esos labios cerrados a su alrededor y apretándole deliciosamente, lo que esos gemidos que hacía vibrar su garganta, lo que esa lengua recorriéndole de arriba abajo podían ocasionarle.
Y a Dong Woo le encantaba ocasionarle todo aquello a su novio y sobre todo escucharle gemir aunque en aquellos momentos tuvieran que guardar un poco la compostura por estar donde estaban.

Alzó la mirada sin sacarle de su boca, mirándole a través del flequillo y sonrió interiormente al ver que Hoya no le estaba quitando la vista de encima, con las mejillas rojas, la respiración agitada y el labio mordido con fuerza.
Adoraba saber que todo aquello se lo ocasionaba él, con solo sus labios y su lengua. Tener aquel poder sobre el menor hasta el punto de terminar necesitándole de aquella manera era sencillamente magnífico.

Dong Woo se separó con un sonidito de succión y se lamió los labios sin dejar de mirarle.
- ¿Sabes que eres delicioso?
- Me… me lo dices a menudo.
- Será porque es verdad… - murmura mientras se mueve y acomoda mejor entre las piernas del menor, haciendo que este saque una de las piernas del pantalón, la que no está en lo alto y en reposo. No quería hacerle más daño en esa pierna así que mejor no arriesgarse a moverla.
- ¿Puedo saber qué demonios planeas aparte de comerme?
- Planeo hacerte mío de tal manera que desearás no estar en un hospital para así poder gritar mi nombre en todos los idiomas que se te ocurran.
- Joder hyung… - jadea el menor sin poder evitar que el rubor cubra su rostro.
Cabe decir que adoraba cuando su hyung le decía aquellas cosas sin reparo o pelos en la lengua. Y sí, también le ponía bastante.
- Pero estar en un hospital es muy excitante… - ríe el mayor antes de dejar un pequeño beso en la cara interna del muslo.
- Eres un pervertido.
- Y eso te gusta, no me lo niegues. Yo soy un pervertido pero tú adoras cuando te digo cosas subidas de tono o cuando te gimo directamente en el oído –ronronea deslizando los labios hasta su trasero, o el trocito de este al que podía llegar debido a que el menor estaba acostado boca arriba.
Al menos un poquito de ese trasero que tanto le gustaba quedaba a la vista y al alcance de su boca.

Ni corto ni perezoso le dio un suave mordisquito a una de las nalgas que hicieron al menor temblar. Sabía lo que vendría ahora puesto que no era la primera vez que Dong Woo le hacía suyo, al igual que sabía perfectamente el placer que este podía darle. Y no quería perdérselo.
Hoya acomodó la espalda contra las almohadas de la cama al mismo tiempo que veía como Dong Woo movía la pierna sana a su antojo, más concretamente la separaba un poco y se la ponía sobre el hombro.
- Hyung deja de abrirme de esa manera… - murmura totalmente sonrojado y algo avergonzado.
- Si todavía no te he abierto como toca – contesta mirándole desde allí abajo al tiempo que se lame los labios y dirige esa lengua directamente a su entrada para lamerla.
Hoya deja escapar un pequeño gemidito, mordiéndose el labio para evitar alzar el tono de voz mientras entierra los dedos en el cabello del mayor, dando un pequeño tironcito cuando nota uno de esos dedos tan largos que el mayor posee rozar su entrada y entrar despacito, abriéndole lenta y tortuosamente, justo como a Dong Woo le gustaba.
Le gustaba tomarse su tiempo y deleitarse con los sonidos que salían del menor, además sabía cuánto le gustaban a Hoya sus manos.
- Qué bien aprietas mis dedos… - ronronea deslizando los labios por su miembro mientras un segundo dedo se abría paso en su interior.
- Joder hyung… ah… deja de torturarme de esta manera…
- Aunque prefieres tener otra cosa en tu interior sé que también adoras tener mis dedos abriéndote al tiempo que mi boca se ocupa de esto – al tiempo que lo dice engulle el miembro del menor de golpe haciendo que este arquease la espalda ante el placer que le estaba invadiendo.

Los dedos de Dong Woo preparándole de aquella manera. Esa boca hecha para el pecado rodeándole deliciosamente. Su cuerpo reaccionando por su cuenta y moviéndose en busca de más y más, respirando agitadamente y murmurando entre gemidos y jadeos el nombre de ese hyung que lo volvía loco.
- Hyung… para… para o voy a venirme… - jadea cerrando los ojos cuando Dong Woo aprieta los labios a su alrededor y mueve los dedos con rapidez y profundidad en su interior, doblándolos para alcanzar ese punto en su interior que literalmente le hizo soltar un grito. Intenta apartar al mayor pero este no se deja mover y sigue penetrándole con los dedos al tiempo que le estimula con los labios. El orgasmo lo abruma por la intensidad haciendo que casi grite el nombre del mayor si no fuera porque este, previniendo lo que podría pasar, había colado los dedos de la mano libre en la boca de Hoya para evitar que gritase y llamase la atención de cualquier enfermera de guardia.

Movió un par de veces más los dedos en su interior antes de sacarlos, separándose también de su miembro con una sonrisa traviesa en el rostro.
- Vaya vaya Hoaegi, casi haces que nos pillen~ - canturrea con una sonrisa satisfecha mientras deja unos cuantos besos en su vientre, subiendo por el pecho hasta llegar a su cuello y besárselo.
- Te odio hyung, si nos pillan hubiera sido por tu culpa.
- No es mi culpa que seas débil a mis dedos…
- ¿Y qué me dices de tu boca?
- Eso también, que debilucho eres – le mira sin borrar la sonrisa, inclinándose para robarle un beso. Pero no contaba con que el menor lo sujetase por la nuca para evitar que se separara y le mordiera el labio inferior. Un jadeo escapó de los labios de Dong Woo ante ese mordisco y el resto que Hoya dejó por la línea de la mandíbula hasta llegar al cuello.
- Yo seré debilucho a todo eso pero tú te pones cachondo con la simple vista de mis colmillos y el recuerdo de estos mordiéndote la cara interna del muslo – murmura el menor sobre la piel de su cuello, sonriendo victorioso al escuchar el gemido que escapa de los labios de Dong Woo y como comienza a frotarse suavemente contra su cuerpo, llevando los dedos a la nuca de Hoya y haciendo que se pegue todavía más.
- Malo… - susurra con los ojos cerrados mientras Hoya continua mordiéndole - …pero no pares.

Y eso hizo, recorriendo con sus dientes el cuello y las clavículas del mayor antes de hacer que se quite el suéter para así continuar recorriendo su pecho de aquella manera.
Dong Woo era demasiado vocal y en aquella situación no era aconsejable llamar la atención así que ahogó los gemidos mordiéndose el brazo y ahogando allí todos los sonidos que escapaban de su boca, sobre todo cuando Hoya llegó hasta sus botoncitos, lamiéndolos y succionándolos a placer, dejando al mayor jadeando y terriblemente caliente.

Dong Woo no es que fuera de los que podían estarse quietos demasiado tiempo, y menos cuando los pantalones le apretaban de aquella manera y tenía a un Hoya susurrando contra su pecho.
- Te deseo tanto hyung… dime cómo me lo vas a hacer porque yo te quiero duro y profundo en mi interior… - se separa para mirarle con las mejillas rojas y una sonrisa traviesa en el rostro, dejando a la vista esos colmillos.
Demasiada tentación reunida en una sola persona como para no darle lo que le pedía en aquellos momentos.
Ese fue el pensamiento de Dong Woo mientras enterraba los dedos en el cabello del menor y lo apartaba de su pecho, besándole profundamente y arrancándole un gemido a Hoya por como el mayor había colado la lengua en su interior y parecía follárselo sólo con aquellos labios y aquella lengua.

Se separaron para coger aire. Respiraciones agitadas y el suéter del menor había vuelto a bajarse cosa que hizo a Dong Woo chasquear la lengua. Hoya sonrió y se subió de nuevo el suéter ante la atenta mirada del castaño que se restregó como un gato entre sus piernas y su pecho.
- Tan jodidamente sexy… - susurra con voz ronca antes de volver a besarle. Su miembro todavía cubierto por los pantalones se frotaba contra el trasero del menor ocasionando una fricción de lo más placentera que ambos sabrían que sería incluso mejor cuando se deshicieran de esa prenda.

Y eso hicieron. Sin dejar de besarse. Menos mal que Dong Woo era bastante flexible o a saber cómo hubiera podido mover esas piernas para quitarse el pantalón sin romper el contacto con el menor y sin que este se moviera un solo centímetro.
La pierna sana de Hoya se adhirió directamente alrededor del mayor, su muslo rozando la cadera de este y sus manos aferradas a su cintura, enterrando allí los dedos de puro placer al notar la fricción del miembro del castaño todavía cubierto por el bóxer directamente contra su entrada.
- Hyung… - gimoteó abultando ligeramente el labio inferior, sabiendo perfectamente que Dong Woo no se resistía a aquella clase de cosas.
Y supo que lo logró cuando el castaño se bajó el bóxer y rozó directamente su entrada con el miembro. Lento. Tortuoso. Demente. Sexy. Caliente. YA.

Adoraba la sincronización que tenían. No hacían falta palabras, se leían la mente. Un simple vistazo o suspiro bastaba para que el otro supiera exactamente lo que necesitaba.
Dong Woo lo supo y le concedió al menor su silenciosa petición.
Entró en él lento porque, aunque antes ya le había preparado con sus dedos, odiaba la idea de ocasionarle a su novio el más mínimo dolor. Aunque a juzgar por el suspiro y el gemido que este soltó dolor era lo que menos sentía en aquellos momentos.
Aguantó unos segundos sin moverse, los mismo que tardó Hoya en llevar una mano al trasero del mayor y apretarlo contra sí, pidiéndole movimiento.
- Voy a hacértelo como te gusta… - susurra Dong Woo en el oído del moreno, entrando lento pero profundo en su interior.
Una estocada directa y certera.
Una segunda algo más dura que hizo a Hoya jadear con fuerza y cerrar los ojos.
Esos movimientos lentos pero duros y profundos le volvían loco.
Esos movimientos donde la cama se movía con ellos, donde el mayor apoyaba la mano en el cabezal y este golpeaba la pared.
Esta vez no había cabezal pero sí una pared donde Dong Woo se apoyó con una mano continuando con aquellos movimientos que tenían a Hoya al borde del delirio.
Quería que siguiera. Quería más. Lo quería todo de él.
- Ahhh… hyung… más, más rápido… - logró vocalizar con la boca permanentemente abierta por donde los gemidos tenían un camino libre y despejado para salir e inundar levemente la habitación con ellos.

Cada vez estaba más inclinado sobre él, robándole besos y el aliento con ellos, intentando que los gemidos del menor no alertasen a nadie pero no pudiendo evitar entrar rápido en su interior, ese interior que lo acogía tan bien. Daba igual las veces que lo hubiera hecho suyo, siempre era perfecto. Hecho para él.
Hoya mordió el hombro de Dong Woo sabiendo que dejaría marca pero en aquellos momentos dándole igual. Los gritos eran amortiguados por ese hombro mientras Dong Woo tenía su boca pegada al oído del menor, gimiéndole y susurrando allí directamente a sabiendas que eso ponía a cien a su novio.
- Eres tan estrecho… voy a hacerte gritar mi nombre ahhh… - gime con voz ronca - haré que sólo pienses en mí y en porqué no estamos en casa donde puedes gritar como sé que realmente quieres…
- Hyung joder… para… - murmura mordiéndole esta vez el cuello y dejando la marca de los colmillos allí, una marca roja que tardará días en irse.
- ¿Quieres que pare? ¿De verdad? – detiene los movimientos y esta vez el grito fue de frustración.
Una pequeña risita mezclada con jadeos salió de la boca de Dong Woo que movió el rostro para besar a Hoya, bebiéndose cada uno de esos gemidos y grititos que luchaban por escapar en cuanto reanudó los movimientos.
Rápidos, profundos, algo rudos pero sabiendo donde dar. Conocía perfectamente el cuerpo de Hoya para saber qué era lo que le volvía loco, y él adoraba volver loco a su novio.
Adoraba verle arquear la espalda de aquella manera, pegándose a su cuerpo, arañando su espalda, susurrándole que quería más y que no parase porque estaba a punto de venirse.

Sería un estúpido si no le daba a ese ser que estaba hecho para él, para encajar perfectamente con él en todos los sentidos, lo que quería. Aguantó como pudo porque el placer era abrumador, no sabía si era cuestión del lugar, de los gemidos de Hoya, de saber que el menor estaba allí entre sus brazos o de cómo le rogaba de aquella manera. Quizás una mezcla de todo.

El segundo orgasmo se apoderó de Hoya, enterrando con fuerza los dedos en la espalda de Dong Woo y susurrando su nombre contra el hombro de este, viniéndose entre ambos cuerpos. El mayor le sujetó con fuerza contra su cuerpo, sujetando su cadera con una mano mientras tenía la otra enterrada en su pelo, dando un pequeño tirón para poder besarle y ahogar el grito que se le hubiera escapado al llegar él también a su orgasmo.
Se quedaron así, suspirando, boca contra boca, rozándose los labios y con sonrisa satisfechas sobre estos.
- ¿Alguna vez he dicho cuánto te quiero, Hoaegi?
- Varias hyung, pero nunca me canso de escucharlo.
- Ni yo de decirlo… - murmura volviendo a besarle, llenándole el rostro de tiernos besitos y haciendo que menor riera con dulzura y ternura.

No querían separarse pero el lugar no era el más indicado para quedarse conforme estaban así que Dong Woo se separó del menor a regañadientes, saliendo despacio de su interior y ocasionando que Hoya abultara los labios con pena.
- Yah, no me pongas pucheritos que no estamos en casa y sabes que soy débil a tu adorabilidad – se queja tapándose los ojos teatralmente para evitar caer ante los encantos del menor pero terminó casi cayendo por tropezar contra la silla al tener los ojos cerrados.
Hoya estalló en carcajadas al ver a Dong Woo mantener el equilibrio con maestría y maldecir a la dichosa silla por ponerse en su camino.
- ¡No te rías de tu hyung!
- Es que eres único y adorable.
El mayor vuelve con una toalla húmeda y limpia el cuerpo del menor que lo mira con ternura.
- Lo que yo decía, adorable.
- Calla bicho o querré tener una segunda ronda y esa cama no creo que aguante tanto.
- Es que eres un bestia.
- Y tú cada vez me pides más y maaaaaas~ - canturrea con una sonrisa mientras ayuda a Hoya a ponerse bien la ropa para evitar levantar sospechas de las enfermeras que pudieran entrar.
- Eso es porque adoro que me hagas el amor, hyung – le dice cuando le está terminando de colocar el suéter.
Dong Woo lo mira como quien observa al tesoro más especial y único del universo, sonriéndole ampliamente mientras también se viste y de un saltito se sube a la cama, abrazándole para volver a dormir.
- Y yo te adoro a ti, infinitamente.

∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞∞

Porfavorporfavorporfavorporfavor.
Sung Kyu caminaba por el pasillo del hospital repitiendo esas palabras en su mente. Conocía a esos dos casi mejor que ellos mismos y rezaba por no encontrarse una escena que después le perseguiría en sus más oscuras y terribles pesadillas.

Abrió la puerta de la habitación despacio, con miedo, con los ojos cerrados no atreviendo a mirar el interior.
- Oh hyung, ¿qué haces aquí?
La pregunta de Hoya le hizo abrir los ojos viendo como el menor estaba ya totalmente vestido y el pie simplemente vendado. Estaba acostado y viendo tranquilamente la televisión mientras a su lado, boca abajo y con un brazo colgando por el borde de la cama lo saludaba un Dong Woo profundamente dormido.
- Hazme memoria, ¿quién de los dos fue el hospitalizado? – pregunta Sung Kyu con un suspiro resignado al ver al segundo mayor así.
- Yo, pero a hyung le agotan los hospitales y conste que he intentado despertarle desde hace media hora sabiendo que el manager hyung tenía que venir a por nosotros.
- Me ha pedido que venga a recogeros, aunque estoy pensando seriamente si recogerte sólo a ti y dejar aquí a Dong Woo hasta que se despierte.
Hoya no pudo evitarlo pero se le escapó una carcajada.
- ¿Seguro que quieres dejar aquí a Dong Woo? ¿Solo?  ¿En un hospital? Cuando se despierte empezará a gritar a las enfermeras porque creerá que me han secuestrado y montará tal espectáculo que después pagarás tú las consecuencias.

Sung Kyu palideció porque se imaginó perfectamente esa escena incluyendo a Dong Woo amenazando a las enfermeras con el cable del suero como si de un látigo se tratase mientras les gritaba histérico que les devolviera a su Hoaegi.
- Creo que esa escena ya la he vivido – murmura Sung Kyu algo aterrado.
- Seguro que mientras tuvo uno de sus episodios de fiebre la última vez.
- Cierto, justo eso.
El líder suspira y asiente.
- Anda, haz uno de tus milagros para que ese muerto en vida se despierte de una vez, seguro que quieres volver a casa y descansar.
- Pues la verdad es que sí – admite el menor de los presentes con un suspiro y mira a su novio todavía en el séptimo cielo, sonriendo como un auténtico idiota y murmurando cosas sin sentido. Hasta en ocasiones frotaba la mejilla contra el colchón. Era adorable.
- Voy a rellenar el papeleo para que te den el alta, vuelvo en un momento – le avisa Sung Kyu saliendo de la habitación puesto que su sexto sentido le avisaba que no quería ver las maneras que Hoya tenía de despertar a ese dinosaurio dormilón.

Hoya se inclina sobre su hyung para susurrar directamente en su oído algunas de las palabras mágicas que necesitaba para despertarle y que si no usaba es porque la reacción tendía a ser algo exagerada.
- Hyung, han robado a tu tesoro y si no despiertas se lo llevarán a alguna parte del mundo donde no podrás volver a verlo nunca más.
El grito no se hizo esperar.
- ¡AHHH! ¡DEVOLVEDME A MI TESORO, ES MÍO Y NO VA A BAILAROS OMARION! – gritó alzando la cabeza con el pelo totalmente revuelto y todavía medio dormido, pero al menos más despierto que hace unos minutos.
- Buenos días hyung, ¿ocurre algo?
Dong Woo mira fijamente al menor que intenta no reírse antes de que este se lanzase directamente a su cuello, abrazándole.
- ¡HOAEGI, ESTÁS AQUÍ! ¡Qué miedo acabo de pasar, creía que esas enfermeras locas te habían secuestrado y vendido a alguna mafia de traficantes de tesoros y entonces me pedían un rescate pero era mucho dinero así que le pedía un préstamo a Kyu hyung pero el hámster endemoniado es en realidad una rata y no me ayudaba! ¡Así que cogía una espada y pimpampum! ¡Zas! ¡Hoaegi rescatado! – le relata en un momento dejando a Hoya parpadeando y ligeramente aturdido.
Menos mal que sólo le había susurrado eso a Dong Woo pero parecía que su mente se montaba su propia película.
- Estoy bien, Sung Kyu hyung ha venido y está pidiendo que me den el alta así que ve a lavarte la cara y peinarte antes de irnos – le sonríe con cariño intentando peinarle los pelos de loco que llevaba el mayor en aquellos momentos.

Dong Woo asiente con una amplia y brillante sonrisa, de esas que iluminaban toda la habitación y se incorpora yendo al baño a mojarse la cara y peinarse.
Un par de minutos después Hoya le esperaba en la puerta de la habitación y volvió a intentar peinarle una vez el mayor hubo salido con el cabello algo húmedo pero el rostro más despejado.
El castaño le ayuda con la bolsa y haciendo que pase un brazo por encima de sus hombros para que se apoye en él, ambos caminando despacio hacia la recepción del hospital donde Sung Kyu los esperaba con algunos papeles en la mano.
- Gracias por cuidar de mí – se despide Hoya de las enfermeras que allí se encontraban. Dong Woo las miró por encima del hombro con los ojitos entrecerrados pero también agradeció la atención recibida.
El menor ríe al ver el gesto de su novio y se inclina a susurrar en su oído.
- Me gusta más como me cuidas tú, hyung.
Este se sonroja ligeramente pero ríe llamando la atención de Sung Kyu que volvió a repetir varias veces noquierosaberlonoquierosaberlo.

Los hospitales podían ayudar mucho en la curación de una persona. Pero el verdadero milagro y lo que más ayudaba era recibir la atención y el cariño de la persona que amas.
Hoya miró a Dong Woo que hablaba animadamente con Sung Kyu y sonrió levemente.
Con Dong Woo a su lado tenía los mejores cuidados del universo.
Abrazó con algo de fuerza al mayor, todavía con el brazo alrededor de sus hombros, en un gesto de cariño y protección.
Y no pedía nada más.
Todo lo que necesitaba estaba ahora mismo en sus brazos. 

FIN.


Como ya comenté en el otro Oneshot seguramente habría continuación del mismo y pues aquí lo tenéis. Los roles han cambiado y ha sido Hoya el enfermo y el que ha terminado en el hospital... y sep, el rol de activo también ha cambiado aunque se da a entender que no es la primera vez que pasa (?)

Si es que Dong Woo no se puede estar quieto y pasivo, sea lo que sea xDDD
Este fic es regalo para una amiga mía y fuente de inspiración para todas estas locuras, sin ella la mayoría quedarían pululando por mi cabeza. Pero ella se encarga de preguntarme cómo van los fanfics y prestarse a darme alguna que otra idea. GRACIAS ^^ ♥

De momento no tengo nada entre manos y sep, sé que tengo que continuar con el fanfic de You're my deadly. Prometo que lo continuaré pero no sé para cuando así que perdonadme por toda la tardanza.
¡Nos leemos prontito! ♥♥


Fanfic con derechos de autor. Prohibida la copia total o parcial del Fanfic. 
¡No al plagio! Respeta el trabajo de las autoras.
¡Gracias y no te olvides de comentar ^_^!

{ 3 comentarios... read them below or Comment }

  1. Me encanto ya habia leido la primera parte y tmb me habia encantado. Me encantan tus trabajos . Segui asi.

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    1. Muchas gracias por el comentario! Me alegra mucho que te haya gustado también esta segunda parte. Es la primera vez que hago a Hoya pasivo y no sabía bien como saldría la cosa pero me alegro que no haya quedado mal xD
      Un beso!

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  2. No puedo creer que me lo perdí desde Mayo :V
    Owww, tan bonitos estos dos, sigue encantándome cómo describes a DongWoo tan tan masdkjfjaksdf es una cosita adorable! <3

    Muy buena tu redacción una vez más. AMo cómo manejas el personaje de SungKyu todo desesperado siempre y con reacciones que serían propias de él.

    Dame más fanfics, que me gustan los tuyos <3

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